viernes, 27 de agosto de 2010

DESCUBRIENDO EL TANGO… por nuestra colega Cynthia Lowe

Descubrí el Tango hace 14 años cuando una amiga me invitó a acompañarla a una Milonga, intrigada y un poco reticente, fui.
El tango estaba considerado pasado de moda y muchas veces visto como una antigua tradición, pero jamás imaginé que estaba a punto de entrar en un mundo fascinante, donde lo único que importa es la pasión y el amor por este baile único. De chica veía a mis padres bailar Tango en fiestas, pero nunca había bailado yo misma. Cuando volaba para Aerolíneas Argentina como Auxiliar de a Bordo una vez en Paris me pidieron que bailara tango, no podía creer lo que me estaban solicitando, cuando ni siquiera escuchaba tango. Tenía 20 años, todavía faltaban algunos más, para que yo lo descubriera.
Mi primer noche en la Milonga fue en el Club Almagro, de Juan Fabri y Dolores de Amo, hoy Esquina Carlos Gardel, solo observé las parejas moverse de un lado a otro en la pista, miraba extasiada sus caras de alegría y placer, elegancia y sensualidad, sus códigos, las tandas, la música, la letra, sabiendo que ese momento me quedaría grabado en la memoria por siempre y que tenia que probar esa experiencia como sea! No me olvido más de esa noche.

Empecé a tomar clases en La Ideal con Diego y Zoraida, no había tantas opciones como hoy, fui conociendo las raíces y la historia del tango; y me di cuenta que cada vez me atrapaba mas, mientras más bailo mas me gusta. Yo sabía que si no bailaba algo, no me sacarían a bailar, por lo que fui durante cuatro meses, tres veces por semana de 12 a 15 y pagaba $5.- la clase. Como La Ideal está en el centro, a esa hora iban bailarines en su hora de almuerzo, así que tuve oportunidad de bailar no solo con mis compañeros de clase, sino con algún bailarín que también venía a probar suerte con las extranjeras ya que todos se creen profesores. Después empecé a bailar los viernes por la tardecita en “La Milonga de La Ideal", se llenaba de Milongueros, era un éxito, la única Milonga de tarde y todavía esta, solo que ahora van muchos extranjeros.

Después me animé a participar de las Milongas de la noche, “Gricel” en Rioja 1180 organizado por Héctor Chidichimo. Club Almagro con Juan y Dolores. Salón Caning en Scalabrini Ortiz 1331 y el Juvenil en la Av. Corrientes. Empecé a experimentar los códigos de la Milonga, y la pasión que sentía al bailar, en ese momento exclusivo y sublime donde te enamoras por 3 minutos (lo que dura la canción); los cuerpos son uno y se deslizan en total armonía entre cuerpo, mente y alma.

También abrió mi mente y mi corazón a un mundo nuevo, guiado por sus propios códigos y valores, donde todos son respetados y aceptados.
Los invito a descubrirlo juntos, la semana que viene....

Cynthia Lowe

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