miércoles, 3 de octubre de 2012

CALLES EMPEDRADAS DE BUENOS AIRES

Alrededor del 15 % de las 26 mil cuadras que tiene la Ciudad de Buenos Aires están empedradas.Los adoquines y cordones de las calles de Buenos Aires, son parte de nuestra historia, son parte de un legado cultural.
El empedrado de las calles de Buenos Aires se inició con el Virrey Vértiz en 1783. Se traía la piedra de Colonia de Sacramento y de la isla Martín García. El trabajo era costeado por los vecinos, que además pagaban medio real por vara de piedra para socorro de los presos que eran los que lo realizaban. Y para ayuda de la obra del empedrado se concedió el beneficio de dos corridas de toros.
Los adoquines de granito, o basalto, según el estudio del ingeniero inglés Bateman, eran cubos de 4 pulgadas y los cordones de 12 pulgadas de ancho por 8 de espesor.
La gran demanda de los mismos se produjo a fines del siglo XIX y principios del XX, y la mayor producción provenía de las canteras de Tandil, como también de Córdoba y San Luís. Concluyó cuando los indestructibles adoquines fueron reemplazados por el hormigón armado y el concreto asfáltico.
Resguardar las calles adoquinadas cuesta casi el cuádruple que conservar una calle asfaltada. Si se rompen, hay que poner piedra por piedra de forma manual y hay muy poca gente que tiene la capacidad de hacer esa tarea. Para cubrir 1 m2 se necesitan treinta adoquines grandes, que se ponen en línea, o bien cien adoquines chicos, que se colocan en forma de abanico.
Previamente a la colocación de los adoquines se debe hacer una base de hormigón. Sobre ésta se pone una capa de arena y arriba se encastran las piedras. La ventaja que tiene el empedrado es que ayuda el drenaje del agua. Lo malo, es que representa una superficie irregular, y ésta puede perjudicar a los automóviles.