La distinguida tienda Harrods, en Buenos Aires se inauguró el 31 de marzo de 1914, convirtiéndose en la primera sucursal de América de la famosa tienda londinense. Tras largos años dorados lleva más de una década con sus persianas bajas, volverá a iluminar el microcentro porteño, en una versión que combinará la tradición del famoso local británico con la renovación tecnológica actual.
Este Titanic de nueve plantas, que todavía esconde lujosos tesoros, reabrirá sus puertas al público en 2013.
El actual proyecto está a cargo del grupo suizo CBC-Interconfinanz, actuales dueños del edificio y de la marca local.
El nuevo Harrods conservará el modelo de tienda por departamentos, pero incorporará la infraestructura acorde a los centros comerciales del siglo XXI.
Este Titanic de nueve plantas, que todavía esconde lujosos tesoros, reabrirá sus puertas al público en 2013.
El actual proyecto está a cargo del grupo suizo CBC-Interconfinanz, actuales dueños del edificio y de la marca local.
El nuevo Harrods conservará el modelo de tienda por departamentos, pero incorporará la infraestructura acorde a los centros comerciales del siglo XXI.
Las grandes marcas tendrán su lugar, aunque deberán integrarse al gran paraguas estético de la tienda, con locales cerrados o semiabiertos. .
El salón de ventas estará desplegado en cinco plantas, mientras que en los últimos cuatro pisos compartirá el espacio con complementos de hotelería y oficinas. Volverá a abrirse el distinguido salón de té y se mantendrán los tradicionales ascensores con capacidad para 20 clientes cada uno. Los pisos y los techos serán mantenidos en muchos sectores y se conservarán los mármoles, vidrios biselados y el revestimiento de las imponentes columnas. A su vez, se incorporarán nuevos espacios de servicios, así como el caballito de batalla de los grandes shoppings: las escaleras mecánicas.
El salón de ventas estará desplegado en cinco plantas, mientras que en los últimos cuatro pisos compartirá el espacio con complementos de hotelería y oficinas. Volverá a abrirse el distinguido salón de té y se mantendrán los tradicionales ascensores con capacidad para 20 clientes cada uno. Los pisos y los techos serán mantenidos en muchos sectores y se conservarán los mármoles, vidrios biselados y el revestimiento de las imponentes columnas. A su vez, se incorporarán nuevos espacios de servicios, así como el caballito de batalla de los grandes shoppings: las escaleras mecánicas.
La superficie total del edificio es de 58.000 m2.
El edificio fue declarado patrimonio histórico de la ciudad. Por eso, las fachadas deberán conservar el estilo ecléctico que caracterizaba a la época.
El proyecto arquitectónico está aprobado, y también el anuncio del comienzo de las licitaciones. La obra llevará dos años.
El proyecto arquitectónico está aprobado, y también el anuncio del comienzo de las licitaciones. La obra llevará dos años.
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