La organización pudo acceder a información que afirma que desde hace varios meses, la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos está estudiando la declaratoria de Monumento Histórico Nacional a varios de los antiguos vagones.
Los vagones y la Línea A en su conjunto, la más antigua de Latinoamérica, conforman un atractivo para turistas y visitantes de nuestra ciudad, que aprecian un viaje como una vuelta al pasado o como un museo viviente.
VALOR PATRIMONIAL DE LA LÍNEA “A”
El proyecto surgió a poco de la implementación, por parte del Gobierno de la Ciudad , del cierre de la línea A de subtes por un período que podría extenderse por 60 días para renovar los vagones.
En los últimos meses se ha hablado insistentemente de los “vagones obsoletos” y “de más de 100 años de antigüedad, aún en circulación” como uno de los principales problemas del Subte.
Sin embargo, ningún funcionario destacó el valor patrimonial de estos vagones, verdadero museo viviente y únicos en el mundo, comentario obligado de turistas extranjeros y visitantes de nuestra ciudad.
De acuerdo a las estadísticas, la Línea A es la que menos accidentes registra de todas las líneas, con lo cual parecerían infundados los argumentos del GCABA para fundamentar la desafectación de los vagones históricos.
100º ANIVERSARIO DE LA LÍNEA “A”
Los coches La Brugeoise de la línea A son los trenes en servicio comercial más antiguos del mundo. Si bien existe material rodante más antiguo en circulación, este funciona de forma turística y y no como servicio regular de una línea de subterráneos de forma diaria como ocurre en Buenos Aires; ni tampoco los hay en cantidad como “los coches de 100 años”.
Estos vehículos fueron fabricados entre 1912 y 1919 por la empresa La Brugeoise et Nicaise et Delcuve en la ciudad belga de Brujas para la Compañía de Tranvías Anglo-Argentina, que construía desde 1911 el primer “tranvía subterráneo” de Buenos Aires. Llegaron al país en varias tandas: del coche 5 al 50 entre agosto y septiembre de 1913 justo para las pruebas de tracción entre las estaciones Plaza de Mayo y Congreso.
El diseño antiguo en madera, el tradicional y clásico color azul y amarillo, sus interiores en madera y espejados, las butacas con varillas de madera de 2 tonalidades diferentes, el “capitel” adornado de los pasamanos, las lámparas con tulipas, y muchos otros detalles, hacen de estos vagones verdaderas reliquias que debieran ser preservadas y consideradas en su valor en conjunto.
Esto es una prueba más de lo poco que le interesa al gobierno, a todos los gobiernos de turno, el preservar objetos de valor histórico y turístico, tanto para los argentinos como para los extranjeros. No aprendemos más a valorar lo que el pasado nos dejó. ¿Es que acaso no podemos mirar a lugares como Europa y cuidar el pasado como algo precioso que si se destruye no se recupera jamás?
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