
Pero en los últimos años el panorama se está modificando con muchas inversiones inmobiliarias que están revalorizando el lugar y atrayendo a habitantes de otros barrios.

Desde aquel momento empezaron a entrar algunas mujeres y hacerse algo más familiar.
La Flor de Barracas, un bar y cafetín que reabrió hace poco renovado pero respetando su arquitectura y estilo original, tan característicos del barrio a principios de 1900, y tan tradicionales para ese lugar.
El café, que perteneció a tres españoles durante los últimos 60 años, estuvo en venta en 2009 pero, pese a que se temió su demolición porque el edificio estaba muy caído y se buscaban otros emprendimientos, los nuevos dueños decidieron reciclarlo y recuperar ese espíritu de antiguo barrio que tanto buscan preservar sus vecinos.
Como El Progreso, que todavía sigue intacto en Montes de Oca y California, La Flor mantiene el piso original, mesas y sillas. También están la vieja barra de madera y los estantes con botellas de Licor Mariposa y ginebra Bols, las persianas de colores, el quiosco con vitrina y hasta la letrina en el baño de hombres. Todo reciclado, pero casi intacto, como hace 113 años.
Suárez y Arcamendia a metros del pasaje Lanín
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